CANDELARIA:
UN REPASO A LAHISTORIA DE ANTAÑO

Por: David Romero

Son muchos los secretos guardados, muchas la incógnitas sin resolver, infinidades de leyendas que escuchar, miles de casas por recorrer, demasiadas calles por andar. ¡SI!, estamos hablando de un solo sector, de un mismo sitio, de uno que inspira respeto, aquel que hace contraste con el urbanismo moderno, esa parte de la ciudad donde la cultura impregna el ambiente y que nos termina mostrando una Bogotá distinta, una urbe con sus etapas marcadas y bien definidas, una metrópoli vieja pero bien conservada, sin duda alguna por los aromas del café, aquellos lugares de encuentro, que inspiraron a más de un poeta a escribir sus poemas, tal vez de amor, o probablemente de odio, en todo caso, ese espacio fue concedido sin duda alguna por lo que hoy representa: La Candelaria.

Son pocas las palabras con que se puede describir un lugar como este, un rincón mágico, donde las frases muchas veces sobran, en el que el espíritu esta rodeado de confabulaciones asombrosas, la historia y la actualidad van unidas de la mano, las diferentes obras de arte abundan en los museos, teatros, galerías, bibliotecas, o simplemente en los parques; además, del sin número de pensamientos orientados por una vista colonial, un paisaje republicano o bien una arquitectura moderna y ¿A qué viene todo esto?, a una sola razón, a un solo sentir, a una sola Candelaria, si, a una Candelaria que lucha por mantenerse viva, presente, que no quiere que la olviden y que poco a poco sigue recogiendo las huellas de nuestro pasado, a una Candelaria revolucionaria, rebelde en el pensamiento, original en el arte, innovadora en la cultura, esa es la mirada con la que se pretende conquistar el corazón de la capital, una localidad, a la que todos podemos ver, palpar, que nos llena de orgullo, nos complace de entusiasmo, y que enriquece y alimenta al alma. Esta que nos da un empujón para aventurarnos a conocer más, a explorar, a no detenernos, y a seguir adelante, recordándonos los errores del pasado, para no cometerlos en el presente o en el futuro.

Por otro lado, dicen “entre mas antiguo sea el tesoro o la reliquia, mas valioso (a) es el mismo (a)”, y ese, es un requisito que lo cumple al pie de la letra, ya que a pesar de todo el tiempo que ha pasado, se ha logrado rescatar y preservar uno de los patrimonios más hermosos del mundo, y que relata una historia viva, una epopeya difícil, una vida nacional. Son muchos los ejemplos que podemos tomar, uno de ellos es la inauguración del Teatro Colón con la primera entonación del Himno Nacional. Con el pasar del tiempo, La Candelaria se ha ido convirtiendo en epicentro de la cultura, sinónimo de expresión y templo de las artesanías.

La Candelaria se ha destacado por sus restaurantes o cafés, que eran comúnmente visitados por los caballeros y damas de la época, vestidos con gabardina y sombrero, no obstante, todo lo comentado ocurre unos cincuenta años atrás, cuando restaurantes como la Puerta Falsa, un tradicional sitio de este sector, y la Florida, un lugar propio donde el desayuno capitalino que consta de chocolate santafereño, pan y queso, eran los preferidos y los que marcaban la pauta en el roll de la vida de la Bogotá de antaño. En la actualidad, también hay la posibilidad de disfrutar de la comida extranjera, hay ejemplos claros como la parrilla argentina, la sazón italiana, o la comida china.

Con un amplio numero de museos, casonas llenas de leyendas e historias para contar, calles y carreras en donde diariamente queda plasmado un nuevo hecho, y en el que a diario se vive el relato de una capital que guarda en su centro, una zona dedicada a la música, teatro, arte, historia, y en general, a cualquier manera posible de expresión humana, que puede estar guardada y ser identificada con un solo nombre “LA CANDELARIA”.