EDITORIAL
Emotiva fue la despedida de uno de los símbolos de la televisión venezolana. El fin de la emisión de uno de los medios de comunicación y la muestra de la opresión a la libre de expresión ha quedado demostrada una vez más. La salida del aire de RCTV es el campanazo de alerta de un gobierno autoritario que con sus influencias económicas pretende llevar a cabo una revolución en contravía del desarrollo de los derechos fundamentales de una sociedad. Comienza la nueva televisión venezolana, una que cumple las expectativas del dictador, una que satisface el manejo de la información. Que no se equivoquen a la hora de enfrentar a una oposición, qué no se silencien los miles de gritos que claman libertad de opinión.
Es un breve adíos que se le da a Radio Caracas Televisión, pero es una lucha que ahora en adelante los demás medios de comunicación deberán enfrentar para cumplir con su labor social. Desde Bogotá y de toda América Latina se debe sentir el rechazo, por qué ningun discurso es válido para aprobar el silencio de los medios, y mucho menos el manejo de la información por parte de un gobierno que le teme a la crítica.
Ahora, el impacto del cierre de este canal, comienza a generar análisis sobre los efectos en gobiernos cercanos a Hugo Chávez, (en Ecuador ya se lanzan mensajes sobre persecución de medios), que esto no desencadene un efecto dominó en toda la región.
Una noche oscura, que terminará seguramente cuando se devuelva la legitimidad de la libertad de prensa a la que toda nación y todo pueblo tiene dereccho a acceder.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario