jueves, 28 de junio de 2007

EL DOLOR DE PATRIA

LA ESPERANZA SE
ACABÓ
El episodio más triste de la historia reciente del conflicto armado colombiano sucedio hoy a la 1: 30 de la madrugada, cuando un comunicado de la organización guerrillera Farc, anunciaba al mundo la muerte de once de los doce diputados del Valle. La terrible lista mostrada por el grupo subversivo estremeció al país y nuevamente sembró la duda sobre la efectividad de un rescate por las vías de acción. A pesar de la versión dada por el Gobierno Nacional, sobre una posible masacre y una inconsistencia en la premisa dada en el comunicado publicado por la página anncol (principal medio electronico de las FARC).
Sin embargo, pese al luto de los familiares, pese a la esperanza borrada por las armas de fuego que carcomen la guerra, y sin la certeza de una versión coherente, el Estado no puede permitir que se repita la historia. Que el juego sucio de la guerra implantada por los terroristas, no acabe con la esperanza de los demás familiares que aún quieren tener a sus queridos de vuelta a casa.
Las múltiples repeticiones no bastaran para aclararle al país que fue lo que realmente sucedió, que no se convierta en otra impunidad más que la sociedad y el pueblo colombiano dejan pasar, que no sea otra injusticia más que se deja a la deriva y sobre todo, que no sea una excusa más para repetir el ciclo de la violencia, de las retaliaciones y sobre todo, de la venganza por la cual se ha derramado tanta sangre, al no ver un estado capaz de enfrentar un problema social que agobia a miles de colombianos.
Desde los diferentes sectores de la sociedad se debe ser claro sobre el camino a seguir. Se debe dejar constancia del reto que como nación implica castigar a los autores de este flagelo, que bajo el nombre de una farsa revolución agreden constantemente la institucionalidad de un estado, y vulneran bajo las artimañas propias de un cobarde, los derechos de toda una poblacíón. Ya es hora de escoger un camino que sea el menos doloroso pero el más justo, un camino que implique el castigo y no una farsa enmienda de paz, ni un falso tratado que exonere de las responsabilidades a individuos que cometieron actos de lesa humanidad.
Que no se repita otro ralito, cuyo único intéres fue proporcionar una salida legal a muchos delincuentes de cuello blanco camuflados bajo un ´fusil de las AUC. Que dentro de unas semanas no esten en los diarios y medios del país anuncios de negociación con los causantes de este dolor, ya que esta demostrado una vez más, que el único objetivo de las FARC es acabar con los intereses generales de la nación y con la esperanza de muchos colombianos que aún confian en una pronta liberación.
No se puede callar más, no se puede permitir más, es hora de reflexionar y de actuar firmemente y de respaldar (seamos de izquierda o de derecha, uribistas o de oposición) la legitimidad de una nación, por qué entre bandidos y terroristas se están encargando de destruir la vida y la estabilidad social de todo un país.

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