CON GRITOS Y UN PARO COLECTIVO, LA SOCIEDAD COLOMBIANA PROTESTÓ CONTRA LA INFAMIA DEL SECUESTRO
El medio día quedará grabado en la historia de la nación como el levantamiento de la sociedad contra el flagelo del secuestro, todos unidos por un sentimiento de solidaridad, y buscando el regreso de los tres mil compatriotas que están en cautiverio. Camisetas y pañuelos blancos serán la punta de lanza que se llevará a cabo en una de las marchas de protesta más emotivas y multitudinarias que vivirá el país recientemente.
EL TRANSCURSO DE LA MARCHA
Todos salieron a la calle, todos levantaron pañuelos, muchos gritaron y los carros no pararon de pitar, todos al unisono para evidenciar el dolor de patria y para reaccionar frente a una indiferencia a un conflicto que sigue cobrando las vidas de miles de compatriotas.
EL DISCURSO EN CALI
La ciudad fue el epicentro de toda esta concentración y rechazo al secuestro, fue la promotora de la manifestación popular e hizo sentir en las calles el dolor de la muerte de todos los secuestrados, especialmente el de los once diputados, ocho días atrás, sin embargo, un hecho que marcó la protesta fue el discurso que la hija del diputado Carlos Charry dirigió y en el que responsabilizó no solo a las FARC de la muerte de su padre sino al Gobierno Nacional. Pronunciación que fue rechazada por todos los asistentes y en el que el Minsitro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín refuto inmediatamente despúes que acabó la declaración.
El discurso de Carolina Charry no solo expresa el dolor de la perdida de un ser querido, de igual forma es un claro reclamo al tiempo perdido para buscar una solución y permititr que vuelvan a los hogares todos los secuestrados. Estás palabras, a pesar de la critica tienen una validez absolutamente clara, debido a que las Farc fueron los asesinos de los once diputados, pero tambien el Gobierno tendra que pensar muy claramente si permite que estos hechos sigan ocurriendo o defina una política clara sobre la liberación de los secuestrados, palabras como las pronunciadas en Cali son la construcción de la impotencia de las familias ante este delito atroz y la única manera de expresar el dolor y el inconformismo ante un debil manejo de la situación.
Entonces, ¿será necesario esperar otro acto cobarde del grupo guerrillero para definir de una vez el rescate de los hombres, mujeres y niños que se los está comiendo la selva?
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