miércoles, 21 de octubre de 2009

Unión Patriótica

EL BAILE ROJO


Por: Chato Romero

Hablar del exterminio de la Unión Patriótica es hablar de uno de los capítulos más sangrientos e impunes de la historia reciente de Colombia. Es recordar la poca memoria colectiva que la sociedad colombiana genera de sus errores. Es ayudar a que no se quede en el olvido uno de los mayores crímenes que el estado colombiano pudo cometer en los años recientes contra una alternativa de representación política. Es observar la intolerancia frente a las propuestas diferentes y callar amargamente el dolor que despierta la falacia de democracia en la que se vive.

Para recordar a los valientes que dieron su vida creyendo que vivían en un país democrático y que se estrellaron de frente con un sistema arbitrario que no permitió la realización de un nuevo proyecto político. A todos ellos es el homenaje de un documental titulado el Baile Rojo, aquel macabro nombre que el tiempo le daría a la operación de desaparición de los miembros de la izquierda en el país.

Lo anterior es sólo la muestra del dolor de un sector de la sociedad que no se ve representada en la clase política, pero amarrada y amedrentada con el peso de las armas debe callar ante las injusticias ya que el cobro es la propia vida. Todo lo anterior tiene una explicación, la sociedad civil, débil por su participación y fácil a la hora de influenciar se acostumbró a ver morir el cambio, se resignó a buscarlo, se conformó con el sencillo y macabro trato de las relaciones de favores, de callar y olvidar y no volver a preguntar, de sentirse seguro en el anonimato, pues la escena pública es la vía directa a la confrontación, no de argumentos, sino de armas.

De esta manera, masacres como las de la Unión Patriótica, realizada bajo los gobiernos de Belisario Betancourt y Virgilio Barco, con la complicidad y participación de las fuerzas militares y el silencio de la población condenan la suerte de movilización cívica y democrática y entierran en lo más profundo de la memoria el dolor causado a miles de colombianos que abandonaron sus hogares y su país porque ser diferente es el camino errado en Colombia.

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