domingo, 22 de noviembre de 2009

NATURALEZA DEL PODER

LA NATURALEZA DEL

PODER

Todo Estado es, evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece bueno.
Aristóteles

Por: David Chato Romero


La política como desarrollo de los fenómenos sociales viene construyendo las bases propias de las comunidades occidentales a partir de la experiencia griega. Aristóteles en su obra de la política, manifiesta abiertamente los órdenes jerárquicos que se deben cumplir para no entrar en un caos.
La tesis con la que parte el filosofo griego compila un estado natural de las cosas, manifestando abiertamente el sistema esclavista y el éxito debido a la naturaleza dominante de las personas cultas y de elite, sobre los dominados, específicamente aquellos con el potencial en la fuerza bruta.

Es a raíz de estos proyectos históricos que se comienza a entender los diferentes fenómenos que ocurren dentro de los grupos sociales y plantear un método de estudio que permita resolver las diferentes problemáticas que se originan por las necesidades naturales del ser humano. Es está la razón por la que Aristóteles aborda el tema natural de la política y lo clasifica de una manera real, basándose en la observación de los gobiernos locales y las experiencias de los diferentes gobernantes al asumir el poder. Esta mirada refleja la manera clásica de ver un poder central equilibrado por la participación de todos los sectores naturalmente aceptados para participar en las decisiones de la polis.

La política debe ser entendida como la construcción de lo público, donde convergen los intereses, asuntos y espacios de cada individuo en representación de una colectividad. Muy diferente a lo que interviene en la esfera privada, donde es lo íntimo, familiar lo que prima, y son los intereses particulares los que sobresalen.

Si bien es cierto que en la medida en que exista una claridad de las normas entre el estado y la sociedad civil es posible llevar a un consenso que permita generar el famoso contrato social, de igual forma el romperlo implica la pérdida de credibilidad de un gobierno, de una institucionalidad y la del sistema frente al ciudadano común.

Es así como podríamos precisar la afirmación de Kelsen en cuanto a que “la norma básica del orden jurídico nacional no será ya un simple supuesto del pensamiento jurídico, sino de una norma jurídica positiva ya que esta debe ser aplicada al orden jurídico de un Estado en concreto sin desconocer la primacía y el orden legal de las normas y su categorización, entre las que se encuentra las nacionales que están subordinadas de las internacionales”

De esta manera, también Kelsen remite que la institucionalidad debe estar ligada a las normas establecidas y que les permiten a los organismos mantener el orden y sobre todo procurar que el estado cumpla con los requisitos fundamentales para poder ser reconocido como legitimo. La impartición de la justicia por parte del Estado es sólo uno de los requisitos que debe garantizarle a la población para que esta lo vea como legítimo, ya que a su vez, debe garantizar también el monopolio de las armas y la soberanía territorial.

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