jueves, 21 de mayo de 2009

EDITORIAL

A TIRO DE AS
El pasado Martes a las 4 de la tarde, el Congreso de la República aprobó con las mayorías parlamentarias el proyecto de referendo para la segunda reelección presidencial. Las mayorías del gobierno, pese a los inconvenientes y los conatos de rebeldía de los pequeños movimientos uribistas, lograron llegar a la concertación imponiendo su peso sobre la ya retirada oposición. Una escena muy particular que se repite cuatro años después en las instalaciones del legislativo.

Los miembros de la oposición prácticamente quedaron con las manos atadas y coincidencialmente con los tapabocas que en la primera ocasión fueron utilizados no como medidas preventivas de salud sino de protesta contra el acto legislativo de 2005 en el que se le permitió al Presidente Uribe aspirar a un segundo periodo.

Lo preocupante en esta oportunidad – Al igual que en su momento lo fue la primera reelección - es la velocidad con la que se aprueba y pasa por el Senado y por la Cámara. A pupitrazo es aprobado. El inconveniente mayor es la influencia y la falta de independencia de los poderes estatales y el impacto que la democracia recibe por la exagerada permanencia en el poder del que pregona defenderla. Lo cierto es que el panorama que se le presenta en esta oportunidad al gobierno es más complicado que el de 2005.

En primer lugar, es el momento perfecto para demostrar la independencia de la Corte Constitucional, prácticamente elegida en su totalidad a través de estos 8 años de gobierno. En segundo lugar, el gobierno tiene una piedra en el zapato llamada Corte Suprema de Justicia, principal obstáculo y dolor de cabeza por el tema de la parapolítica, que ha llevado a más del 30% del Congreso de la República tras las rejas, es decir más de 90 congresistas presos por nexos con las autodefensas. A su vez, esa misma Corte protagoniza el más reciente escándalo del gobierno Uribe; las chuzadas.

La explicación que se debe pedir ahora es ¿qué ha pasado con las investigaciones en la Yidis política, qué ocurrió al fin con las chuzadas a la Corte Suprema de Justicia, cuáles son los resultados sobre los falsos positivos? En fin, la pregunta se centraría en ¿por qué reelegir un plan de gobierno ensuciado y manchado por tanta corrupción, por la arbitrariedad, la concentración y el abuso del poder? La opinión pública tiene el derecho de conocer la verdad sobre estos acontecimientos, por que no sólo el presidente es el único que exige que se respete la democracia colombiana – tal como lo manifestó en su intervención a la BBC - sino también que se respete la institucionalidad y la independencia de los poderes.

Es momento de hacer una parada y dar el paso al costado para refrescar la democracia, para oxigenarla y más aún para recuperar la autonomía de cada una de las instituciones que en este momento gira más cerca del poder ejecutivo. Por ahora y hasta octubre, el país estará envuelto en la incertidumbre del capricho de una reelección, tiempo límite para conocer las verdaderas intenciones de la Casa de Nariño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola me llamo paola tribaldos del colegio tibabuyes universal necesito ayuda ese rector servio tulio chanchila esta en mi colegio y nos tiene mal si me pueden ayudar por favor encribanmen paopikiu_-13@hotmail.com gracias de corazon este martes vamos hacer toma de colegio graciass